En la Eucaristía del día miércoles 7 de junio, los alumnos de Octavos Básicos A y B, dieron gracias a Dios Padre, por darnos la oportunidad de compartir un momento espiritual.
Esta celebración fue dirigida por el Padre Fernando Luque Garrido y se
profundizó en la siguiente lectura bíblica:
San Marcos (12,18-27)
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano.» Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Están equivocados, porque no entienden la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: «Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, ¿el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.»
Para reflexionar en silencio.
Que Dios los bendiga.
Vanessa Astorga del Río.
Coordinadora Pastoral.
Colegio Divina Pastora Ñuñoa.